miércoles, 7 de septiembre de 2016

Segundo día. La recepción oficial


Al igual que ocurrió en febrero en Sevilla, el proyecto compromete a cada país participante a organizar cinco jornadas completas de actividades con todos los estudiantes; por ese motivo, el lunes no formaba parte del programa: era el día previsto para la llegada (como ocurrió en Sevilla el domingo con las suecas y las italianas). El hecho de haber volado de madrugada nos benefició pues supuso contar casi con un día entero de más para poder disfrutar de la ciudad. 

Pero ayer martes era el "primer" día en Gotemburgo, oficialmente hablando. A primera hora, de 8.30 a 9.30, los profesores nos reunimos para hacer una puesta en común de los distintas líneas de trabajo que se van a seguir a lo largo de estas semanas. Después se produjo la recepción oficial; en ella habló el dueño del instituto. Y digo "dueño" porque un 20% de los institutos de bachillerato en Suecia son privados. Su funcionamiento es similar al de los centros concertados en España; son gratuitas para los estudiantes y reciben un subsidio municipal por cada alumno, siendo gestionadas por una empresa, asociación o en este caso, un empresario. Es habitual sobre todo en los institutos porque como recordaréis, existen dieciocho programas diferentes de enseñanza secundaria superior: doce orientadas a la formación profesional, y seis a la formación preuniversitaria (es decir, como si tuvieran seis modalidades distintas de bachillerato). De ahí que los alumnos cursen el programa que más se adapte a sus planes futuros.

Hubo a continuación un vídeo sobre la ciudad de Gotemburgo, y el coordinador del programa en Suecia, Peter, dio también unas palabras de bienvenida. Se le entregó por parte del IES Bellavista el regalo que se llevaba como muestra de agradecimiento: un grabado de Sevilla para que cuelgue de las paredes del instituto sueco. ¡Así no se olvidarán de nosotros!


La mañana continuó con divertidas actividades para romper el hielo: aunque algunos ya se conocían, había muchos estudiantes nuevos, y era necesario conocerse (¡y aprenderse algunos nombres muy difíciles!); los suecos lo habían planificado muy bien en ese sentido para que todo el mundo se sintiera a gusto y fueran poco a poco cogiendo confianza los recién llegados.




Después vino el "fika time", al que nos estamos acostumbrando con mucha facilidad... Pero es que empezando la mañana tan temprano, hace falta un café y un poco de charla entre amigos.



Como no conocíamos el centro, nos llevó una alumna de un curso superior por todas las instalaciones explicando el funcionamiento del instituto, las distintas aulas y asignaturas, la dinámica de un día normal de trabajo. La gran diferencia, los horarios tan distintos de los estudiantes en función de sus asignaturas, como ya comentamos ayer. 


Luego vino el almuerzo, de nuevo a una hora intempestiva (¡¡11.30 de la mañana!!), pero como seguimos la máxima de Don Quijote, "allá donde fueres, haz lo que vieres",  nos servimos ensaladas, patatas asadas, diferentes tipos de salsas, algo de carne, y comimos con naturalidad como el resto de los estudiantes: hay que adaptarse a los horarios y los hábitos locales. 

Parece ser que el planteamiento de nuestro primer día como instituto hospedador en febrero gustó a nuestros colegas suecos, pues la jornada continuó con una actividad similar a la que nosotros les ofrecimos: una visita guiada por los alumnos. Fuimos recorriendo el centro de Gotemburgo, y entre otras cosas recorrimos la Kungsportavenyen ("la avenida de la puerta del rey"), vía principal del centro de la ciudad, construida  a mediados del siglo XIX siguiendo el modelo de los grandes bulevares europeos (los Campos Elíseos parisinos y la Ringstrasse vienesa), que desemboca en la Götaplatsen, la plaza principal de la ciudad, que cuenta con la fuente de Poseidón en el centro. Esta plaza concentra a su alrededor algunos de los centros culturales y artísticos más importantes de la ciudad: la sala de conciertos, el Museo de Arte de Gotemburgo, el Teatro y la Biblioteca Municipal. 



Si uno quiere aprender mucho sobre una ciudad, nada mejor que visitar uno de sus mercados. Incluso dentro de tu propio país, las diferencias entre las distintas regiones y costumbres alimenticias se aprecian a la perfección recorriendo los puestos y comprobando qué come la gente, cómo son los pescados y las verduras que consume. Es siempre una visita muy instructiva y muy sugestiva. No faltó por eso en nuestro paseo un alto en el mercado de la ciudad.


Nuestro paseo lógicamente tenía que pasar por el río y contar con un paseo en barco, fundamental para moverse en el archipiélago de islas que forman parte del área metropolitana de Gotemburgo. Como curiosidad, el transporte en coche no existe dentro del archipiélago. En las islas se mueven en bici, en coches eléctricos o motos. 



También fue importante un dato sobre el turismo sostenible: los ferris que juegan un papel esencial en la comunicación de la zona se mueven con energía verde, reduciendo así el impacto del transporte en el medio ambiente.


Pero si hay algo que me gustaría destacar de este primer día de actividades es la buena conexión que nuestros chicos y chicas están teniendo con sus compañeros internacionales. Hay "buen rollo" en el grupo, algo que será fundamental para las semanas de convivencia que nos quedan por delante.





¡Suecia nos está tratando muy bien!





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