viernes, 4 de marzo de 2016

Jueves 4 de febrero: Matalascañas y el Parque de Doñana (I)


Una de las actividades más importantes de la semana fue la excursión del jueves, programada para conocer Matalascañas y el Parque Nacional de Doñana, por un doble motivo: por un lado, el objetivo de nuestro proyecto es concienciar sobre el turismo sostenible. Por turismo sostenible se entiende aquel que no genera un impacto negativo en el ámbito donde se produce, no solo desde un punto de vista ecológico,sino también económico y social. 

España es un país donde el turismo constituye una de las fuentes de riqueza principales, pero es necesario establecer unos límites a dicha actividad, pues en ocasiones se destruyen parajes naturales o se transforma la economía local dependiendo únicamente de la temporada vacacional. Matalascañas es por desgracia un buen ejemplo de ello: enmarcada en los límites del Parque Natural, es una localidad que nació y se desarrolló al amparo del crecimiento económico de los años sesenta y setenta y que posee una ocupación altísima en verano para permanecer prácticamente desierta en invierno. Esto hace que no posea las mismas infraestructuras que una localidad de las mismas dimensiones con población estable. 

Los extranjeros (especialmente las suecas, estudiantes de turismo que llevan años estudiando este impacto en el entorno) querían conocer de primera mano alguno de los ejemplos de turismo no sostenible que por desgracia tenemos en nuestro país. De ahí el interés en la primera parte del viaje.

El segundo objetivo de este viaje era conocer el magnífico Parque de Doñana, único en Europa, pues el turismo sostenible también apela a conocer los espacio y ámbitos autóctonos de cada zona,  especialmente naturales o etnográficamente relevantes, en lugar de inclinarse por el turismo de resort hotelero o el turismo de compras de las grandes ciudades. Para el turismo sostenible es importante dedicar tiempo a las visitas, caminar, pasear, disfrutar del entorno natural, en consonancia con el también llamado "slow tourism" (en oposición al "fast tourism" de consumo rápido y acelerado que nos lleva a visitar tres ciudades en dos días).




Para esta actividad, los visitantes extranjeros fueron acompañados por el alumnado de 1º de Bachillerato y por cuatro profesores (Javier J. García, Manuel Hidalgo, Inma Rivero y Diego Soto). Teniendo en cuenta los objetivos planteados, la visita comenzó por una caminata a través de las dunas del preparque que los llevó a la playa que se encuentra entre Mazagón y Matalascañas; tuvieron que bajar el desnivel existente entre las dunas y la playa con ayuda de unas cuerdas, paso que consiguieron salvar todos los asistentes. La marcha continuó por la playa hasta llegar a Matalascañas, donde se dio una vuelta para conocer su caos urbanístico y el estado de la localidad en los meses de invierno.   

jueves, 3 de marzo de 2016

Miércoles 3 de febrero: el paseo por la Plaza de España


La tarde del miércoles trajo consigo una de las actividades que más gustó a nuestros visitantes: la visita al parque de María Luisa y a la Plaza de España. Venían con nosotros los alumnos de 1º de Bachillerato, así como muchos de 4º de ESO y 2º de Bachillerato, y no solo aquellos cuyas familias alojaban.

El autobús nos dejó en la Plaza de América, donde se explicó el origen de los edificios que circundan la plaza, así como su uso actual. Tras la intensa mañana de trabajo, el paseo relajado por el parque sirvió para que todos nos relajáramos y para que los estudiantes se conocieran mejor  entre ellos. 

La llegada a la Plaza de España coincidió además con el atardecer en el parque, y los colores de la luz sobre los ladrillos atrajo la atención de los visitantes. Más de media hora dedicamos a recorrer la plaza, subir a las terrazas y a hacer muchísimas fotos que atestiguan lo bien que lo pasamos.





miércoles, 2 de marzo de 2016

Miércoles 3 de febrero: primer taller de trabajo


El miércoles fue la bienvenida oficial al centro; las delegaciones de los tres institutos visitaron las instalaciones del IES Bellavista. Se les explicó brevemente el sistema educativo español, que presenta algunas diferencias con respecto a los de cada uno de los países participantes en cuanto a las etapas existentes, su alcance y objetivo. Muchos de ellos (especialmente las suecas), se asombraron al ver los árboles de nuestro patio, que estaban llenos de flores en una primavera adelantada que nada tiene que ver con el clima de su país. 

Tras el recorrido por el centro, se les invitó a un desayuno donde pudieron conversar con algunos profesores del instituto, el director y la orientadora. Finalizado el breve receso, comenzó el primer taller de trabajo, que permitiría hacer una puesta en común de los trabajos realizados por todos los participantes. Reunidos en la Sala de Usos Múltiples, los extranjeros y los alumnos de primeros de bachillerato fueron en primer lugar divididos en grupos de diferentes nacionalidades para evaluar los resultados obtenidos en los tres ámbitos de investigación sobre el medio ambiente: atmósfera, hidrosfera y geosfera. 


Los grupos se trasladaron al laboratorio de Biología y a la Sala de Informática donde compararon sus resultados y elaboraron pequeñas presentaciones que luego expusieron al resto de los estudiantes para así dar a conocer el estado de los tres ámbitos en cada uno de los cuatro países participantes.



La segunda parte de la jornada de trabajo correspondió a la elaboración de los cuestionarios; los estudiantes, de nuevo en grupos internacionales, debían elaborar unas veinte preguntas relativas al estado del medio ambiente y a la implicación de cada uno en su protección y defensa. Dichos cuestionarios serán objeto más adelante de una serie de entrevistas que permitan recabar información sobre el estado de la cuestión en cada uno de las comunidades educativas implicadas, para así concienciar de su importancia y contar además con un elemento de control que permita, al finalizar el proyecto, volver a pasar el mismo cuestionario para comprobar si los hábitos han cambiado.

Un día muy intenso de trabajo (en inglés, no lo olvidemos) que terminó a las tres menos cuarto. Los estudiantes contaban con una hora y media escasa para ir a casa, comer y volver al instituto, donde habíamos quedado para empezar el paseo de la tarde.

martes, 1 de marzo de 2016

Martes 2 de febrero: Córdoba



Una vez reunido el grupo al completo (las estudiantes alemanas llegaron la noche del lunes), se marchó en tren con destino Córdoba. Formaban parte de la visita las estudiantes Erasmus + y todos los alumnos del centro cuyas familias se habían ofrecido alojar a los visitantes (salvo aquellos que participaron de la salida del día anterior). Era una forma de agradecerles su disposición y participación desinteresada.

El tren debía ser un elemento indispensable en nuestro viaje, como medio de transporte sostenible que nos permite además disfrutar el desplazamiento; primero se tomó el cercanías para llegar a la Estación de Santa Justa, y desde allí, el tren Avast a Córdoba, que tarda media hora escasa.

  Una vez en Córdoba, no faltaron las fotos de grupo con las vistas de la ciudad al fondo. Los alumnos iban acompañados por dos profesores de nuestro centro, Javier Jiménez y Diego Soto; el primero nos regaló un magnífico vídeo con los mejores momentos del día y el segundo, cordobés de nacimiento, fue el guía perfecto para enseñar los rincones más emblemáticos de la ciudad.
  

Como llegaron temprano a Córdoba, empezaron la visita por el Alcázar de los Reyes Cristianos, que a primera hora estaba muy tranquilo, lo que les permitió pasear por sus jardines en paz y sin prisas.


La entrada a la Mezquita marcó uno de los momentos más emocionantes para los extranjeros, que no habían visitado nunca un monumento semejante. Según comentaron muchos de ellos, se trata de un lugar con un ambiente especial difícil de describir.



Con el almuerzo vino el descanso, y también se buscó un restaurante local para que los profesores pudieran disfrutar de la excepcional gastronomía cordobesa; los estudiantes aprovecharon también para descansar y reponer fuerzas.

La sobremesa sirvió para realizar una dinámica con los estudiantes y romper un poco el hielo entre ellos; se organizaron equipos mixtos de las distintas nacionalidades para que se conocieran mejor al tiempo que hacían fotos de las calles de la Judería; de ese modo, y por medio de una actividad lúdica, se fomentaba la interacción entre las distintos grupos de extranjeros y nuestro alumnado.  



Al final de la tarde pusieron rumbo a la estación de tren para tomar el Avant de vuelta a Bellavista, tras un largo día de emociones, risas y miles de fotos.