viernes, 23 de septiembre de 2016

Decimoséptimo día. Segunda jornada de workshop y visita por la Città Bassa


La mañana comenzó en el instituto Vittorio Emanuele, donde se organizó por la mañana el segundo workshop. En esta ocasión, el objetivo era adelantar en el trabajo realizado con los diarios corales. Se trata de un documento elaborado de manera conjunta por los ocho componentes de cada equipo nacional que sirva como cuaderno de bitácora de sus sentimientos e impresiones a lo largo del viaje. No se trata de un diario al uso donde dejar registradas las actividades que se realizan, su finalidad, alcance, etc. (eso es más parecido a lo que estamos haciendo en este blog). Al contrario, los diarios corales tienen una orientación más libre, un tanto impresionista y literaria.


No se trataba de una tarea fácil (especialmente para nuestro grupo, que en su mayoría es de ciencias) intentar escribir sobre sentimientos, impresiones y sensaciones a lo largo del viaje; cualquiera en esa situación también tendría dificultades para expresarse. Pero Virginia quería sacar de todos los estudiantes su pequeño punto de poeta y escritor. En ocasiones no hay nada mejor que incentivar un poco a los jóvenes para que nos sorprendan con sus escritos, y visto los resultados, nuestra colega italiana no se equivocaba al presionarlos un poco para llegar un poco más lejos.


Terminado el taller sobre las 11, empezó la segunda actividad del día: el paseo por la Città Bassa. Ya dijimos que ambas partes de la ciudad son completamente distintas en cuanto a su situación geográfica, época de desarrollo y uso actual. En la parte baja se encuentran los edificios administrativos, el teatro Donizetti (delante del cual hicimos una parada para que nos explicaran un poco su historia), sus plazas más importantes, y cómo no, el famoso Café Bellavista que ya fotografiamos en nuestra primera estancia. ¡Era necesario inmortalizar el instante con nuestro grupo!


Al igual que el día de paseo por la Città Alta, nos acompañaron doce estudiantes italianos que ejercieron de cicerones, explicándonos los enclaves más importantes de nuestro recorrido.



Pero el plato fuerte del paseo era la visita a la Accademia Carrara. Se trata de la pinacoteca más importante de Bergamo, fundada a finales del siglo XVIII. Además de albergar una importante colección de obras de arte de artistas clásicos, es una academia de Bellas Artes en funcionamiento, que permite la formación de jóvenes aspirantes. 



Nuestros acompañantes italianos nos fueron presentando las obras más representativas del museo, las obras maestras que merecían una explicación más detallada, como el San Sebastián de Rafael, la Sagrada Familia con Santa Catalina de Alejandría, o la Boda mística de Santa Catalina de Alejandría y Niccolò Bonghi, ambas de Lorenzo Lotto.




También pudimos ver las Historias de Virginia de Botticelli, El Gran Canal desde el Palazzo Balbi de Canaletto y la Vista de la Piazza San Marco de Franceso Guardi.




La generosa labor de nuestras compañeras nos hizo mucho más amena la visita, y mucho más fructífera. Contar con guías personalizados en un lujo que no está al alcance de todos, y les dimos las gracias con un caluroso aplauso cada vez que concluían sus explicaciones.





El itinerario finalizó en torno a las 14 cerca del campo de Fara, un prado verde donde los jóvenes podían descansar y organizarse para el resto de la jornada, pues en el programa se había dado la tarde libre: momento magnífico para confraternizar con el resto de los Erasmus +, ir de compras, pasear por la ciudad o descansar en casa si alguien lo prefería. ¡Todo un panorama de opciones ante nosotros!


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