Una de las actividades más importantes de la semana fue la excursión del jueves, programada para conocer Matalascañas y el Parque Nacional de Doñana, por un doble motivo: por un lado, el objetivo de nuestro proyecto es concienciar sobre el turismo sostenible. Por turismo sostenible se entiende aquel que no genera un impacto negativo en el ámbito donde se produce, no solo desde un punto de vista ecológico,sino también económico y social.
España es un país donde el turismo constituye una de las fuentes de riqueza principales, pero es necesario establecer unos límites a dicha actividad, pues en ocasiones se destruyen parajes naturales o se transforma la economía local dependiendo únicamente de la temporada vacacional. Matalascañas es por desgracia un buen ejemplo de ello: enmarcada en los límites del Parque Natural, es una localidad que nació y se desarrolló al amparo del crecimiento económico de los años sesenta y setenta y que posee una ocupación altísima en verano para permanecer prácticamente desierta en invierno. Esto hace que no posea las mismas infraestructuras que una localidad de las mismas dimensiones con población estable.
Los extranjeros (especialmente las suecas, estudiantes de turismo que llevan años estudiando este impacto en el entorno) querían conocer de primera mano alguno de los ejemplos de turismo no sostenible que por desgracia tenemos en nuestro país. De ahí el interés en la primera parte del viaje.
El segundo objetivo de este viaje era conocer el magnífico Parque de Doñana, único en Europa, pues el turismo sostenible también apela a conocer los espacio y ámbitos autóctonos de cada zona, especialmente naturales o etnográficamente relevantes, en lugar de inclinarse por el turismo de resort hotelero o el turismo de compras de las grandes ciudades. Para el turismo sostenible es importante dedicar tiempo a las visitas, caminar, pasear, disfrutar del entorno natural, en consonancia con el también llamado "slow tourism" (en oposición al "fast tourism" de consumo rápido y acelerado que nos lleva a visitar tres ciudades en dos días).
Para esta actividad, los visitantes extranjeros fueron acompañados por el alumnado de 1º de Bachillerato y por cuatro profesores (Javier J. García, Manuel Hidalgo, Inma Rivero y Diego Soto). Teniendo en cuenta los objetivos planteados, la visita comenzó por una caminata a través de las dunas del preparque que los llevó a la playa que se encuentra entre Mazagón y Matalascañas; tuvieron que bajar el desnivel existente entre las dunas y la playa con ayuda de unas cuerdas, paso que consiguieron salvar todos los asistentes. La marcha continuó por la playa hasta llegar a Matalascañas, donde se dio una vuelta para conocer su caos urbanístico y el estado de la localidad en los meses de invierno.